Somos una organización sin fines de lucro dedicada al proteccionismo de animales en situación precaria.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Gatos callejeros, responsabilidad de todos
Es necesario encontrar una solución ética y moral para el control de los
gatos callejeros, que son el producto de la irresponsabilidad de sus
propietarios
Introducción
La sociedad se muestra cada vez más sensible hacia el
maltrato animal, que incluye también el abandono de
los animales domésticos. Lamentablemente, ni las
administraciones ni los cuerpos de seguridad se han
adaptado todavía a este cambio de forma de sentir. Gato atrapado en una trampa
Se ha de hacer cumplir las leyes de
protección animal, que obligan a
propietarios, ayuntamientos y Guardia
Urbana. Es imprescindible un control
más severo y con multas respecto a
microchips, vacunas, criaderos
ilegales, abandono etc. y aplicar las
leyes y las normativas al respecto
Enfermedades
La idea comúnmente aceptada de que un gato
abandonado es capaz de "apañárselas por si
mismo", es errónea. También lo es la de que si
se le deja en una colonia de felinos preexistente
estarán cubiertas sus necesidades, pues siempre
hay alguien que les lleva comida. Nada más
lejos de la realidad. Un gato ajeno al grupo
receptor jamás es aceptado. Le atacarán
constantemente, infligiéndole graves heridas
sobre todo en la zona de la cara, que pueden
comportar graves infecciones oculares e incluso
la pérdida de un ojo. No le dejan acercarse a la
comida, y si consigue llegar finalmente a los
recipientes, ya no quedará nada para comer.
Dado el medio en que estos animales se tienen
que acostumbrar a vivir, y la escasez de alimento, su sistema inmune se verá afectado y
quedará expuesto a graves enfermedades víricas felinas, especialmente, Rinotraqueítis,
Calicivirosis, Clamidiasis, PIF, Leucemia o Inmunodeficiencia altamente contagiosas y
que puede pasarse a toda la colonia. La muerte es lenta y cruel, pudiendo tardar el
desenlace varios meses.
Otra enfermedad que contraen es la Panleucopenia Viral Felina, altamente infecciosa y
con una alta tasa de mortalidad. Sus síntomas comienzan con un decaimiento transitorio
que evoluciona hacia una gastroenteritis hemorrágica y una deshidratación, cursando con
un dramático descenso de los glóbulos blancos que casi siempre terminan con la muerte
del animal. Con un correcto programa vacunal se les puede evitar una tormentosa agonía
y su muerte. Cabe mencionar que ninguna de las enfermedades felinas víricas presenta
un peligro para el ser humano.
Además, frecuentemente sufren de
conjuntivitis y otitis, y se llenan de parásitos
internos y externos. Los internos interfieren
en la absorción de los pocos y malos
nutrientes que pueda conseguir el felino, dejándole mal nutrido y en pésimas
condiciones de salud. Algunos parásitos, como la Giardia impiden la absorción del agua
y provocan una continua diarrea, que agrava aún más la deshidratación. Todo esto le
lleva irremediablemente hacia un fallo orgánico, con una lenta agonía y un desenlace
fatal.
Podemos añadir a esto el cáncer o los
frecuentes y graves problemas
dentales. Y en las hembras los
continuos partos a lo largo de su corta
vida, que las llevan a la muerte
completamente exhaustas.
Accidentes y personas sádicas
Si a las terribles enfermedades que hemos visto les añadimos los accidentes, tenemos un
panorama desolador.
Los más habituales son los atropellos
por vehículos motorizados, así como
las caídas a patios de luces, de donde
nunca pueden salir, pereciendo solos,
de hambre y sed. Otras veces, se
refugian en tuberías y no pueden
retroceder, o en edificios abandonados,
ruinas o descampados, donde un día
llega la maquinaria pesada y les deja
sepultados bajo tierra o aplastados o
malheridos bajo los escombros,
provocándoles una larga y dolorosa agonía hasta que les sobreviene le muerte. En
ocasiones caen en trampas de cazadores, donde agonizan largo tiempo.
Y aún queda lo peor.
Pueden encontrarse con el ser más despiadado que
existe: el ser humano. Miles y miles de gatos son
torturados lentamente hasta la muerte por pura
diversión de sus verdugos. Expuestos a un inimaginable
sufrimiento por estas mentes enfermas. Víctimas
inocentes de personas sádicas.
Responsabilidades
Vd. es cómplice de toda esta miseria……. si abandona a su gato o no lo castra
cuando tiene posibilidad de salir a la calle. La descendencia de una pareja de gatos
puede ser de millones tras una década, pero sobreviven muy pocos a causa de los
peligros ya mencionados. Y los que consiguen salir adelante, sobreviven gracias a
limosnas en forma de comida.
Soluciones
Ya que el número de gatos callejeros aumenta a pasos
agigantados los ciudadanos junto con los ayuntamientos
deben hacerse cargo de su cuidado.
En primer lugar, es necesaria la creación de espacios
protegidos destinados a estos animales, donde estén
cuidados en varios aspectos:
1. Alimentación.
2. Estricto control veterinario
3. Castración y control sanitario posterior tanto de hembras como de machos. Este
último para controlar enfermedades del tracto urinario inferior felino, típicas en
gatos castrados
4. Vacunación contra las enfermedades víricas y bacterianas mencionadas e
identificación de los animales que formen parte de dicho núcleo. Dado que todo
animal identificado debería tener un propietario responsable, se podría articular
una fórmula legal para que recayera en los ayuntamientos de la localidad en que se
establezcan dichos núcleos.
5. Lugares para cobijarse y refugiarse de las inclemencias del tiempo. Las colonias controladas
han de prever las peculiaridades de de los felinos. Estos vuelven allí donde han nacido y
vivido: no se les debe desplazar, excepto en casos muy necesarios y con las
soluciones más adecuadas. Para que se sientan protegidos se les proporcionarán
zonas apartadas del ruido y de la vista.
Para sufragar los gastos del cuidado de los gatos
callejeros se debe buscar colaboración:
1. Crear plataformas ciudadanas.
2. Pedir colaboración a tiendas de animales,
supermercados y clínicas veterinarias
3. Campañas de concienciación ciudadana a través
de diversos medios de comunicación
SOBRE TODO, el compromiso por parte de los ayuntamientos, ya que son ellos los
encargados de velar por el bienestar de la ciudadanía, y esto comprende también a sus
animales domésticos, aunque les hayan abandonado.
Resumen y reflexiones
La solución al problema de los gatos abandonados, no pasa por su confinamiento en
protectoras o perreras, ya que estas instalaciones a menudo no tienen ni siquiera las más
mínimas normas de higiene, tales como la desparasitación periódica de las instalaciones
y de los animales. Tampoco cuentan con lugares adecuados para las cuarentenas. Todo
esto, exigido por la normativa de núcleos zoológicos, no se cumple por gran parte de las
protectoras ni de las perreras, exponiendo a los
animales a enfermedades contagiosas, que
comportan sufrimiento y muerte.
Por otro lado, el elevado número de los gatos
callejeros, supera ampliamente la capacidad de
estas instalaciones, por lo que es necesario
buscar lugares o instalaciones en la calle,
siempre asegurando el máximo bienestar del
animal.
Así mismo, las matanzas masivas de felinos no
solo no son aceptables, sino que están penadas
por la ley y son contraproducentes, ya que se Gatito callejero muy enfermo
provoca una "natalidad compensatoria", mediante la cual las hembras que sobreviven
entran inmediatamente en celo para garantizar la perpetuación de la especie.
Compromisos de la administración
Un último apartado, que es al mismo tiempo el
más importante, es destinar tiempo y dinero a
la educación ciudadana. Hay que insistir en que
denuncien cualquier maltrato que presencien o conozcan contra los animales. Hay que
ayudarles a comprender que tienen una responsabilidad hacia su mascota y que su
abandono no solo está penado por la ley, sino que comporta un maltrato físico y psíquico
hacia ésta.
Al mismo tiempo, se ha de insistir en que todos los servicios municipales tomen en serio
el maltrato y actúen con rapidez y contundencia contra los maltratadores.
Quien maltrata hoy a un animal, mañana lo hará a un ser humano
El progreso moral y desarrollo de una nación se
puede medir en la forma de como trata a sus
animales
Mahatma Ghandi, 1869 – 1948
politico y pensador indio
Responsable: Caroline Waggershauser, PACMA
cwaggershauser@gmail.com
Agradecimientos a Mercedes Cano Herrera, PACMA
Ana Moreno García, PACMA
Alicia Almarcha Delgado, PACMA
Marta Jimeno Antolín, veterinaria, PACMA
José Enrique Zaldívar Laguía, veterinario, AVAT
Loli Caballero Medina, veterinaria
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